Educación Pública: Castradora de sueños e ideas esterilizante

 

En nuestros tiempos, la educación brasileña ha experimentado muchas dificultades, aunque algunas cifras enseñan una mejora con respecto a tiempos pasados, es necesario tener en cuenta que los números se puedan falsificar, pues la realidad no refleja esta mejora.

La calidad de la educación no se resuelve con una simples ecuación, ya que las variables son las personas, y cada uno tiene una especificidad, tiene su personalidad, la vanidad, el interés en el juego, etc ...

Las evaluaciones para medir la calidad de la enseñanza sirve como un norte que nos guie a una educación diferenciada, llevando sus estudiantes a un desarrollo cognitivo y emocional y más humanista.

 

A pesar de estas evaluaciones atuaren como un termómetro para mostrar lo como camina la educación ofrecida por las escuelas públicas, algunos educadores seudos encuentron una manera de enmascarar la realidad con la fabricación de números, por cuenta de la dignidad casi extinta del educador.

 

Y así va nuestra titubeante y vacilante educación brasileña, manipulada por un sistema formado por políticos sin escrúpulos, corruptos y corruptoros, que a través de una demagogia, castran los sueños de todos los educadores y las perspectivas de sus alumnos.

Albert Einstein ha dicho que la imaginación es más importante que el conocimiento. Somos conscientes de que nuestros estudiantes no pueden ni siquiera imaginar lo que es tener una buena imaginación, pues ellos no tienen el hábito de la lectura para promover este tipo de imaginación, tampoco la curiosidad de buscar el conocimiento mediante la investigación, y sólo se preocupan con la copia indebida de los conocimientos a través de la apropiación por el plagio, que lamentablemente cuenta con el apoyo directo o indirecto de algunos profesores que están agotados de este sistema permisivo para los estudiantes y verdugo para con los maestros.

Estamos creando una generación de personas que no tienen sueños, de alienados que jamás se tornarán ciudadanos.

¿Será que no es objetivo de la escuela formar un ciudadano crítico? ¿Será que los políticos logran encontrar una manera de perpetuar este poder que se ha convertido en el cáncer de nuestro país?

Se sabe que la educación es una manera de hacer que el individuo se torne un ciudadano, pues la ciudadanía es saber que tenemos derechos, deberes y también saber cobrar por estos derechos.

Cabe señalar que los demagogos dicen que los documentos son suficientes para convertirse en un ciudadano, pero ¿será sólo eso? No debemos luchar por nuestros derechos y cumplir con nuestros deberes?

Hemos sido conveniente a la corrupción. Este mal está tan arraigado en nuestra cultura que para nosotros es natural el desvio de dinero público, sobrevalorar el trabajo, y en al menos manifestamos nuestra indignación en cualquier momento. Desgraciadamente, cuando algún tipo de evento ocurre, el sistema en sí mismo encuentra un medio para desviar la atención, haciendo que la gente se calla.

Hace unos días, observamos la manifestación de algunos maestros y estudiantes que piden no reducir y / o eliminar las asignaturas de la sociología y la filosofía. Pero ¿porque el sistema no reduciría estas asignaturas se es precisamente ellas que hacen la gente pensar?

Estas asignaturas son la base para instigar nuestros estudiantes para promover el cambio social. Son asignaturas ímpares para construir un conocimiento corrosívo y no plenamente institucionalizado, este conocimiento no dejará que nuestros alumnos sean manipulados y ellos serán críticos haciendo cuestionamiento del sistema, requeriendo así, más compromiso político de la gente.

Entonces, depende de todos nosotros, educadores o no, lucharnos para que las asignaturas siguen siendo trabajados en las escuelas, sirviendo como guia a nuestros hijos para que no se quedan alienados y no se dejan manipular por los políticos sin escrúpulos.